Josep Vidal era un hornero, no se sentía muy bien de la salud, así que
dijo: Sí me curo iré a la ermita a dar las gracias a Sant Medir.
Entonces
cuando se curo cumplió su promesa de visitar a Sant Medir cada 3 de marzo. A principio se fue solo a la ermita y después con
sus amigos o con la familia.
A partir se ese día se formaron collas, se hizo la
fiesta de Sant Medir y tiraron habas como la leyenda de Sant Medir.
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